martes, 3 de febrero de 2015

Otro golpe del rancio de Wert

Poco a poco empezó lo que hoy está en mucho a mucho puede costarnos décadas volver a la normalidad. Rajoy y su insistencia en conseguir la mayoría absoluta, apelando a una serie de mejoras en su fantasía “visibles y palpables” a los ciudadanos cuando él llegase a la presidencia del Estado, pareciéndome la de mayor cinismo “Tener fe en mí” “Yo os traeré la felicidad”. Estas dos expresiones, las encuentro cargadas de simbolismo religioso, lo que me lleva a pensar, que no las ha dicho por decir, ni para ganar votos aunque también, a tenor del alto grado de religiosidad hoy demostrada de los ministros/as, que ha escogido para formar su gobierno, se puede deducir que no es un desvarió el pensar, que existe un potente interés de ideológico, compartido entre iglesia y gobierno de Rajoy.

Por ello no es tan extraño, que las políticas de este gobierno vayan encaminadas, acelerar la riqueza de los ricos, de las grandes empresas y de la iglesia por un lado y por el otro, la de restringir posibilidades y medios de vida a las clases sociales menos favorecidas, a las que les pone mayores obstáculos para su formación educativa y el acceso a la universidad , profundizando estas carencias por medio de DECRETAZOS, para que no haya duda de que nos quieren retroceder a los años 30. Esta situación es tan alarmante que ya hay muchos que piensan que con FRANCO se vivía mejor, lo que significa el altísimo grado de deterioración, que tan solo en tres años ha conseguido Rajoy. El poco a poco ya es el mucho a mucho y dice que va a por Más.

La implantación de este nuevo sistema supondría la posibilidad de que las universidades ofertasen grados de tres años y másteres de dos, lo que supondría un incremento del coste de cursar estudios superiores.

¿Cómo es posible comprimir aún más los contenidos de las asignaturas para que queden en tres únicos años?

La solución es eliminar contenidos, vaciar los grados dejándolos con materia general y superficial para que los estudiantes se vean obligados a realizar estudios de postgrado si quieren alcanzar unos conocimientos específicos y adecuados para poder acceder al mercado laboral en condiciones. Este vaciado de contenidos del grado supone la desvalorización del grado actual y, ligado a esta nueva situación, un sobrecoste debido al posterior máster que deberíamos realizar.

Esta medida supondría la expulsión de cientos de miles de universitarios que verían a sus familias asfixiadas ante el sobrecoste que produce estudiar un máster. El coste medio de un máster, según datos del Ministerio de Educación, oscila entre los 2.000 y 2.600 euros al año, después de la subida efectuada en 2013, de entre el 37% y el 68% en función del tipo de máster llegando algún máster público incluso a los 23.000 euros

A este encarecimiento que supondría para el alumno o alumna, habría que sumarle el brutal recorte que han sufrido las universidades públicas españolas, que han perdido 1.524 millones desde 2010, y que nos encontramos ante la mayor caída de becas desde 1996.



José Ignacio Wert, no tiene nada en cuenta la opinión de los estudiantes, el profesorado, los rectores ni de los trabajadores de las universidades. Como ya pudimos ver en la aprobación de la LOMCE, el ministro hace oídos sordos a las quejas y propuestas de nosotros, los y las estudiantes, así como de todos los rectores y de la sociedad en general. Esta actitud autoritaria del máximo responsable del Ministerio de Educación supone un ataque a la salud democrática que es la esencia de la universidad como lugar de reflexión, espíritu crítico y formación de la juventud. Algo muy típico en el ideario de la derecha.



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