Hola me llamo Rafael, y hoy me levante como cada mañana para
sobrevivir.
Tengo en la actualidad 65 años vivo en un pequeño pueblo de
la provincia de Sevilla estoy casado y tengo dos hijos, sin duda empezar
leyendo estás palabras podrían llevarte a pensar que soy feliz, y bueno tengo que
reconocer que lo fui.
Hace muchos años trabajaba sin descanso de sol a sol, para
poder dar de comer a mis hijos, para procurarles una educación que con el paso
de los años sin que nadie me regalara nada, he podido lograr, y esos fueron mis
tiempos más felices, aquellos en los que sólo llegaba a casa para dormir,
aquellos en los que casi moría de agotamiento, pero veía como mis hijos
estudiaban con mucho esfuerzo conseguían formarse.
Aquellos tiempos felices en mi tierra existía mucha
desigualdad, los jornaleros del campo trabajábamos las tierras y los dueños de
esas tierras, nos exprimían y nos engañaban, con el tiempo me entere que mi
jefe jamás cotizo por mí en la Seguridad Social, pero si me lo descontaba de mi
jornal, AÚN ASÍ
ERA FELIZ, pues con la lucha de muchos conseguimos que todos
aquellos que tras toda una vida trabajando a la hora de su jubilación no se
viesen sin una peseta con la que llenar su arcón, malditos terratenientes a
cuanta gente han hecho pasar hambre.
Pero ERA FELIZ, porque mis hijos empezaban a
estudiar carreras universitarias cosa nunca visto en mi pueblo, LOS HIJOS DE UN TRABAJADOR DEL CAMPO EN LA UNIVERSIDAD,
que orgulloso me sentía. Por aquellos entonces en mi tierra existían menos
desigualdades, la socialdemocracia que la llamaban, estaba consiguiendo que el
dinero se invirtiera en la gente para hacernos iguales.
Y llego el día, mis hijos que gracias a su esfuerzo al de sus padres y
también hay que reconocerlo al del ESTADO, se habían convertido en
alguien. Habían viajado conocían otros
países, otras lenguas que YO NO SABÍA QUE EXISTÍAN. Aquellos tiempos si eran felices.
Llego el día de mi jubilación y como esperaba mi pensión de
lo más mínima, pero éramos felices mi mujer y yo criábamos
a un nieto, mientras que nuestros hijos han conseguido trabajo ganado al mes
dinero que ni en medio año conseguía yo ganar, me gustaría que viesen todos
ustedes que casa se compraron eso si la terminarán pagar cuando lleguen a mi
edad.
Un día desperté y con la degeneración de los días estoy
postrado a una cama, mi mujer me ayuda como puede, pero llevar a nuestro nieto
al colegio recogerlo darle de comer, y poder atenderme a mi le está pasando
factura, al parecer nos han dado una ayuda, se llama ley de dependencia y
gracias a ella, una mujer vendrá ayudarnos, a pesar de todo mis hijos siguen
trabajando, Sigo siendo feliz.
Hoy mis hijos se han quedado los dos parados, cobran una
prestación van tirando como pueden, se acercan unas elecciones y mis propios
hijos me
hablan que aquellos que hicieron posible muchas de las ayudas que los han
llevado a ser quienes son, deben abandonar el poder, que están
robando todo, y que han ayudado a los bancos, intento explicarles a mis hijos
los logros de la izquierda en este país, pero ellos se ven muy por encima de la
gente, y dicen que debemos votar a la derecha que ellos lo arreglarán todo.
Estamos en mayo del 2012 mis hijos además de seguir parados,
tienen que venir a casa para poder comer, los pobres viven de la pensión de sus
padres, ayudamos en todo, que padre no quiere la felicidad para sus hijos. La
situación empeora por días, nosotros cobramos menos, pagamos más por luz, y gas. Me dicen que quizás la mujer que viene
ayudarnos nos facilita la vida, quizás no vuelva pues no está contemplado ayudarnos ya que
no hay dinero, mis hijos superan los 30 años y tienen muchas menos esperanza de
encontrar trabajo, mi nieto no podrá estudiar, porque por desgracia mi pensión
no da para poder ayudarle.
Me encuentro mal y rezo a Dios para no morirme y si mañana
falto será una carga menos, pero sin mi pensión no sé como se alimentará mi
familia. Ahora mi mujer y yo pagaremos por las medicinas, yo he decidido no
comprarlas llegado el momento, pues es preferible gastar ese dinero en comida.
Dicen que han recortado en educación y en sanidad miles de millones, pero esa
cantidad irá un banco.
Queridos hijos habéis
estudiado una carrera, y os han engañado, cosa que a mí no, queridos hijos
ustedes son alguien, viajasteis, os curaron, ayudaron a nacer a mi nieto y todo
eso es gracias aquellos que apostaron
por la IGUALDAD, aquellos que decidieron que ya estaba bien de sufrir el yugo
de los adinerados, que aunque fuéramos pobres teníamos derecho a sanidad a
educación en igualdad de condiciones, y jamás debíamos arrodillarnos. Queridos
hijos ustedes tirasteis vuestro voto , yo al menos puedo decir orgulloso que
todo esto CON MI VOTO NO FUE.
(Esta historia es ficticia inventada por mí Ismael Martínez,
pero es la situación de muchas personas, podemos cambiar la provincia y el
empleo y tendremos miles de casos similares)
4 comentarios:
Cuando a la gente se le olvida de donde viene, la vida le castiga con volver a vivirlo...
Lo ideal es que no llegar a ese punto, pero muchos creen que lo conseguido es sólo gracias a ellos, se olvidan de sus padres y de las ayudas que lo hicieron posible. Saludos
Sensacional, fantástico y muy emotivo, y siendo un espejo de muchas situaciones. Gracias por escribirlo
Desgraciadamente, como la vida misma. El Alzheimer generalizado de este pais provoca que se pierda en el tiempo la conciencia del sacrificio de muchos para el bienestar de todos. Nunca hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero algunos sí se han sacrificado por encima de su propia vida.Una historia cargada de mensaje, emotiva y que te encuentras a la vuelta de la esquina. Enhorabuena!
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